Las soluciones que se dan en los primeros tiempos fueron de diversos tipos. Algunos autores dieron una solución física, es decir, buscaron un principio natural y de carácter físico como Tales de Mileto, Anaximandro, Anaxímenes o Heráclito. El elemento original y principio de todas las demás cosas y causa de las transformaciones de las mismas era un elemento propio de la misma naturaleza. Otros plantearon una solución más abstracta y consideraron que el principio de la naturaleza no podría ser una parte física de la misma. Encontraron la solución en principios metafísicos, es decir, más allá de lo físico, como por ejemplo, los números de los Pitagóricos o el Ser de Parménides. Este último pone la filosofía en una situación muy extrema al negar la realidad de los movimientos naturales. Los últimos presocráticos, intentando volver a retomar el problema inicial de explicar el por qué de los movimientos naturales se ven obligados a encontrar varios principios constitutivos de la naturaleza como los filósofos pluralistas: en cuatro elementos (Empédocles), Infinitas semillas (Anaxágoras) o los átomos (Demócrito).
Un trabajo de: Héctor Morán
Un trabajo de: Santiago Polo