Gestionan las cuentas de redes sociales de personajes que en realidad no existen: un empresario playboy cincuentón de Miami, una actriz española despampanante que se mueve entre la alta sociedad mexicana... Tienen miles de seguidores, igual que las celebridades de carne y hueso. Recomiendan lencería fina, ropa deportiva o restaurantes de lujo, como hacen los famosos. Sus fans les escriben mensajes y a veces hasta se enamoran de ellos. No saben que están interactuando con marionetas virtuales.